HACIA UN MISMO DESTINIO: EL CHAMET. LA MORADA DE LOS MUERTOS DE LOS GRUPOS INDIGENAS DEL GRAN NAYAR

Abstract

La idea sobre lo que hay más allá de la muerte parece marcar una historia de intercambios y apropiaciones culturales que permiten establecer coincidencias sobre el destino de quienes mueren en la diversa geografía de la región del Gran Nayar, donde coexisten los grupos indígenas cora (nayeri), huichol (wixárika), mexicanero (mexikan) tepehuano (audam y o’dam), así como mestizos. Entre los grupos mencionados existen diversas narraciones míticas que parecen concordar en el sitio determinado al que llegan los muertos, lo que nos lleva a discutir la existencia de un lugar específico. Se trata de una región marcada por la presencia de una mayoría mestiza que tiene como frontera física el océano Pacífico. Para contextualizar la geografía señalada como lugar de los muertos en la cosmogonía de los grupos de esta región, tomaremos como referente principal una versión del mito tepehuano “Los Jabones”, el cual alude al destino de los muertos y su ruta, además de establecer puntos físicos y simbólicos distribuidos en el territorio del sur de Durango, el norte de Nayarit y el sur de Sinaloa. El cuerpo del texto se divide en cuatro partes. En la primera se describe le mito recopilado entre los tepehuanes del sur, el cual refiere al camino de los muertos de sierra a costa, aunque en los relatos de otros grupos también aparece la costa. La segunda parte se compone de un análisis del mito y una breve descripción de la región de los muertos en narraciones de otros grupos indígenas del Gran Nayar. En la tercera parte se discute la concepción de la región de los muertos nayarita partiendo de dos documentos, uno escrito en 1673 por el franciscano Antonio Arias de Saavedra y el otro en 1754 por el jesuita José Ortega. En la última parte se discute si el lugar de los muertos es un sitio específico o son todos los lugares aludidos en los diversos relatos y en la información difundida por distintos autores.