Reporte técnico proyecto curatorial espíritus de la madera
Resumen
Este proyecto de exposición concluyo con una exposición realizada del 5 de Abril al 6 de Agosto de 2017, titulada “Espíritus de la madera” una exposición individual que examina la producción escultórica en madera del artista Roberto Hernández originario de la región de Casas Grandes, Chihuahua. Realizada en la sala principal del Centro Cultural de las Fronteras, con la intención de divulgar y promover las prácticas artísticas de la región de noroeste del estado de Chihuahua.
Espíritus de la madera es un ejercicio de dignidad y dedicación de un carpintero y artista autodidacta, con una manufactura de alto nivel en términos de producción cultural. Sus obras, son elaboradas a partir de “maderas muertas” o recuperadas —de allí sus formas caprichosas y su carácter sustentable—.
En este proyecto participaron estudiantes de los programas de licenciatura en Teoría y Crítica del Arte y Artes Visuales del Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Los estudiantes realizaron prácticas de embalaje, registro y medición de obra, levantamiento del espacio, museografía, diseño de apoyaturas y archivo.
El proyecto de exposición fué constituido a través de un ejercicio de curaduría social, con el fin de visibilizar la labor creadora de comunidades apartadas, la reiteración de materiales sustentables y el uso de técnicas manuales que tienden a desaparecer bajo una lógica económica. Esta muestra ha sido realizada con apoyo del Centro Cultural de las Fronteras y de la Dirección General de Difusión Cultural y Divulgación Científica de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Roberto Hernández (1957) es originario de la sierra de Casas Grandes. A la edad de 14 años —después de la muerte de su abuelo— realizó su primera travesía como indocumentado para trabajar en los campos de algodón en Arizona. De manera intermitente cruzó la frontera y sé ocupó en distintos oficios hasta conseguir “papeles”. En 1989, cansado del racismo regresó a Colonia Cuauhtémoc, su pueblo natal. Favorablemente situado a unos kilómetros de Mata Ortiz, comercializó su celebre cerámica y conoció a Sam Maloof, el único carpintero en recibir el premio “MacArthur”, quien le regaló libros, catálogos y aceites. Y justamente es por un catálogo de George Nakashima, que Hernández conoce las técnicas japonesas para unir la madera sin clavijas.
Un proyecto de exposición constituido a través del método de curaduría social, con el fin de visibilizar la labor creadora de comunidades apartadas, la reiteración de materiales sustentables y el uso de técnicas manuales que tienden a desaparecer bajo una lógica económica. Esta muestra ha sido organizada con apoyo de la División Multidisciplinaria de Nuevo Casas Grandes, el Instituto de Arquitectura y Arte, el Centro Cultural de las Fronteras y de la Dirección General de Difusión Cultural y Divulgación Científica de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
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