Arquitectura y ciudades del desierto

Abstract

Recorrer el norte de México por la frontera del país, es transitar por el mundo de la aridez, en donde los rayos del sol se vuelven difusos y las temperaturas pasan de un caluroso verano a un helado invierno; ahí se percibe el ambiente extremo que caracteriza las regiones que resguardan algunos desiertos de Norteamérica. En este agreste entorno, la reserva de recursos es fundamental para subsistir, ya que las distancias entre una localidad y otra suelen ser lejanas. La Arquitectura del Desierto, responde a esta condición: definir ante la escasez, los recursos más adecuados para edificar el espacio. En las ciudades del desierto existe un consumo elevado, impactando el entorno y la pérdida de recursos no renovables (agua, suelo); las soluciones habitables no están adecuadas a las características del lugar (topografía e hidrología). Se requiere de otro tipo de comportamiento para que los recursos, ya escasos, se conserven; para que la flora y fauna endémica, se preserven; para promover el reuso o bajo consumo de agua y de energía; de prácticas sociales basadas en la solidaridad, a partir de la identidad y del entendimiento del lugar. la importancia del diseño bioclimático como medio para adecuar la arquitectura a las condicionantes del lugar, es una de “las estrategias más adecuadas a esta región que pueden ser implementadas obteniendo beneficios entre el 60 y 80%”, y que hasta el momento no han sido alcanzadas por los programas gubernamentales. Un recorrido mágico entre la evocación del paisaje que pareciera inhabitable y la trascendencia del hábitat adecuado al lugar.