La idea de "los clásicos"
Resumen
Si entendemos por “clásico” un sinónimo de modelo a seguir, base o fuente de inspiración situada más allá del entusiasmo de la admiración o de la simpa tía; habría que demostrar que las ideas y sensibilidad de griegos y romanos están presentes tangiblemente entre nosotros. Si extendemos a la humani dad entera la infuencia de tales “clásicos”, cabría preguntarse qué significan Sófocles, Píndaro, Hesíodo, Homero, Platón, Aristóteles, Cicerón, Suetonio, Apuleyo, Terencio, Tito Livio, Séneca y Virgilio para los mongoles, los japoneses o los chechenos. Sin lugar a dudas, algunos hombres de lugares tan lejanos han de conocer textos griegos y romanos en lengua original, pero, de ahí no se desprende una influencia cultural electiva que trascienda la erudición de un puñado de individuos. También es preciso aceptar que dentro de la Grecia contemporánea, los “clásicos” no son estudiados con la devoción, pasión y entusiasmo románticos que nuestros corazones anhelarían. Para muchos
griegos vivos, sus antepasados no van más allá de elogies en las extintas drac mas o algunas anécdotas graciosas de sabios y dioses antiguos. Es menester, entonces, asumir que la Ilíada, la República o la Eneida son tan significativas para un chino como para nosotros El ciclo de Kiev, los himnos islámicos del Afganistán del siglo IX o la sabiduría de Lao Tsé. Puede resultar incómodo, pero es un hecho que en el mismo Occidente, fuera de cierto ámbito, aún en nuestro mismo medio académico, el estudio serio de Grecia y Roma es un ejercicio que raya en lo exótico y lo poco común. Para el desarrollo del presente ensayo, es importante hacer algunas aclaraciones con el fin de precisar la clase de abordaje que daré al tema propuesto.
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