Intersecciones entre los museos pedagógicos españoles y los museos del niño en México: resignificar la escuela en tiempos de violencia, criminalidad y corrupción
Resumen
España cuenta con una tradición museística dedicada a la cultura escolar que vio su florecimiento en varios países europeos bajo la denominación de “museos pedagógicos” o “centros de memoria escolar” (García del Dujo, 1985). Esta historia del patrimonio escolar no fecundó del mismo modo en territorio mexicano. La recepción de los acuerdos internacionales recogidos en la Convención de los Derechos del Niño (1989) y la repercusión de las ideas pedagógicas de la Escuela Nueva dieron origen a finales del siglo XX, a proyectos museísticos de naturaleza muy distinta, aunque también, tomaron a la educación como objeto, y a la niñez como destinataria de sus programas. Se conformaron así los “museos del niño”, los cuales han ofrecido desde 1993 una aproximación a la experiencia educativa con dinámicas heterogéneas. La escuela mexicana enfrenta para todas y todos un presente crudo, difícil e incierto que hace importante cuestionar la función que tienen los museos dirigidos a la niñez. Se cuentan actualmente 30 de estas instituciones en todo el país. En el presente documento, se realiza una clasificación de los mismos, de acuerdo con sus fundamentos didácticos, los proyectos políticos nacionales en los que han surgido, la población a la que atienden, sus formas de sostenimiento y gestión. Además, se analiza la condición de vida de la niñez mexicana ante contextos de violencia, criminalidad y corrupción. Del mismo modo, se esbozan los factores que pudieron dar lugar a la ausencia de los modelos de recuperación del patrimonio educativo en este país, contrastándolos con los factores que intervinieron en su extendido auge en Europa, y que han sido considerados por Raimundo Cuesta (2011). Se destaca también, el valor del Centro de Memoria Histórica del Colegio Madrid en la Ciudad de México que, como una excepción, sí ha cumplido con una aproximación a la configuración arquetípica más extendida de los museos pedagógicos españoles. Las conclusiones se ponderan a partir de una visión crítica sobre el patrimonio escolar y sobre la memoria e historia de la educación (Viñao, 2011), que no rehúye a la problematización de la realidad educativa en México. El propósito será reconocer aquellos museos del niño que distan de un afán coleccionista superfluo, y en su caso, proponer estrategias para fundamentar acciones de políticas culturales que revaloren la escuela como tradición pedagógica, patrimonio escolar, centro cultural y de investigación desde enfoques participativos, comunitarios y con alto sentido humanista.
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