Edmund Víctor Villaseñor, una narrativa del migrante
Resumen
La literatura que tiene al migrante como personaje central no goza de un reconocimiento estable, a pesar de que el fenómeno de la migración en nuestro país conozca una historia que se remonta a la época prehispá nica. La versión moderna de este subgénero literario puede situarse a fines del siglo XIX gracias a autores como Ignacio Ramírez o Guillermo Prieto, mientras que la novela El sol de Texas (1926), de Conrado Espinoza, es consi derada como la primera en México. No debemos olvidar la segunda, publicada dos años después, mucho más célebre, Las aventuras de don Chipote o cuan do los pericos mamen de Daniel Venegas.
Macho!, del escritor chicano Edmund Víctor Villaseñor —novela rechazada 265 veces antes de ser publicada—, se inscribe, por el tema, en las “narrativas bracero”, mismas que florecieron precisamente entre el periodo del acuerdo entre México y Estados Unidos, aunque mayormente del lado norteamericano (la novela está escrita en inglés). La novela cuenta las peripecias del joven Roberto, campesino de Michoacán que decide enrolarse con los “norteños” que, año con año, retornaban al pueblo de San Juan Parangaricutiro después de probar suerte en Estados Unidos.Los norteños son descritos como hombres que vuelven de los
Estados Unidos con dinero para gastar. Regresan vestidos de manera peculiar: sombrero tejano o tejana, dos pares de pantalones de mezclilla, una chaqueta bonita comprada en un pueblo fronterizo y, lo más importante de todo, una pistola calibre .45 con dos cargadores. Se la pasan en la cantina, contratan mú sica e invitan a los amigos a beber, sobre todo aquellos que no han podido irse para Estados Unidos, la tierra de las oportunidades y la riqueza, “tan rica que lo que tiran de basura en un día podría alimentar a pueblos enteros”, según leemos en la novela.
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