Resumen
La función educativa de la mujer ha sido un elemento inherente a su ontogénesis, muestra de ello es cómo en las culturas primitivas la mujer fue la encargada de transmitir conocimientos relacionados con la supervivencia y el bienestar del grupo. Posteriormente con el surgimiento de la necesidad de cuestiones religiosas la función educativa se amplía a la transmisión de cuestiones espirituales, éticas y morales para su descendencia. En los tiempos modernos esta función sigue evolucionando hacia las necesidades intelectuales y emocionales siempre cimentado en el establecimiento de la diferencia por roles.